Solo 8 días separan los aniversarios del nacimiento de dos
maestros espirituales del siglo XX cuya obra divulgamos en nuestros blogs : el de
Henri Nouwen (24 de enero de 1932) y el de Thomas Merton (31 de enero de 1915).
Para celebrar a Nouwen, traemos hoy una idea
suya en la que salta a la vista la influencia de Merton en él, pero más importante
aún, su asimilación y apropiación de una convicción fundamental : la
importancia de lo humano en su visión espiritual. En su “epifanía de Louisville” (Conjeturas de
un espectador culpable) Merton nos habla de su alegría al experimentar la
convicción de ser “miembro de la raza humana”. En la entrada de Nouwen que
compartimos hoy, nos indica su propia experiencia semejante.
"A primera vista, la alegría parece tener que ver con el hecho de ser diferentes. Cuando uno recibe un cumplido o gana un premio, siente alegría de no ser igual a los demás. Eres más rápido, más elegante o más apuesto y es esa diferencia la que te proporciona la alegría. Pero dicha alegría es de breve duración.
La verdadera alegría está oculta en aquello en que reconocemos que somos igual que los demás: frágiles y mortales. Es la alegría de pertenecer a la raza humana. Es la alegría de estar con otro como un amigo, un colega, un compañero de viaje.
Esta es la alegría de Jesús, que es Emmanuel : Dios con nosotros."
HENRI NOUWEN