jueves, 25 de agosto de 2022

LIBROS: LA COMUNIDAD

Henri Nouwen habló y escribió mucho sobre la comunidad, pero nunca publicó un libro sobre este tema. Esta preocupación creció cuando en 1986 abandonó su puesto de profesor universitario para trabajar en una comunidad canadiense de El Arca compartiendo su vida con personas con discapacidades intelectuales o de desarrollo. Este libro profundiza en la necesidad, comprensión e implicación de la vida comunitaria en el pensamiento y en la espiritualidad de Nouwen a través de algunos artículos y otros materiales hasta ahora inéditos.

 Editorial Sal Terrae 
Colección: El Pozo de Siquén
País de publicación :España

VIVIR EN LA IGLESIA SIN SER DE ELLA

En su libro "Pan para el viaje" encuentro algunas meditaciones de Henri Nouwen acerca de la Iglesia; me parecen acertadas sus ideas, por eso les comparto algunas:


"Cuando pensamos en la Iglesia debemos hacerlo como un cuerpo de personas que llevan a cabo un mismo viaje. Hemos de contemplar entre ellas a mujeres, hombres y niños de toda edad, raza, y a sociedades que se brindan apoyo mutuo en su largo y a veces fatigoso camino hacia el hogar definitivo".

"Cuando decimos que la Iglesia es un cuerpo no nos referimos únicamente al cuerpo santo y sin tacha hecho a imagen y semejanza de Cristo mediante el bautismo y la eucaristía, sino también a los cuerpos martirizados de todas las personas que constituyen sus miembros. Sólo cuando mantenemos unidas estas dos formas de pensar y de hablar vivimos en la Iglesia como verdaderos seguidores de Jesús".

"Frecuentemente nos parece más difícil creer en la Iglesia que creer en Dios. Pero cuando separamos nuestra fe en Dios de nuestra fe en la Iglesia, nos convertimos en unos incrédulos. Dios nos ha proporcionado la Iglesia como el lugar en el que Él se hace Dios con nosotros".

"A menudo oímos decir que debemos vivir en el mundo sin ser del mundo. Pero puede ser más difícil vivir en la Iglesia sin ser de la Iglesia. Ser de la Iglesia significa estar tan preocupado e involucrado en las numerosas cuestiones eclesiales y pormenores clericales que Jesús ya no sea nuestro centro. En ese momento, la Iglesia nos ciega a lo que hemos ido a ver y nos hace sordos a lo que hemos ido a oír. No obstante, es en la Iglesia donde Cristo mora, nos invita a su mesa y nos dice palabras de amor eterno. Vivir en la Iglesia sin ser de ella es un gran desafío espiritual".

EL ESTILO DE HENRI NOUWEN

Acerca del vínculo entre enseñar teología y enseñar espiritualidad, o sobre el ministerio, les comparto lo que escribe Roberto A. Jonas, en el excelente prólogo que encabeza "Escritos Esenciales", de Henri Nouwen, publicado por Sal Terrae, en 1999, y que lleva por título EL FUEGO DEL AMADO.


"El estilo de Henri en el aula estaba en consonancia con la eucaristía, porque trataba de ofrecer un alimento espiritual que sus alumnos pudieran recibir, digerir y asimilar. No estaba interesado en el debate teológico, quizá porque le disgustaba la confrontación directa, pero también porque estaba siempre centrado en la presencia inmediata de Cristo Resucitado, una verdad que tenía que ver más con el ser que con la comprensión intelectual. Naturalmente cada estudiante tenía que aprender de la Escritura, la teología, la psicología y las artes creativas. Pero, como comunidades, los centros teológicos tenían que crear contextos de silencio y soledad, invitando a los estudiantes a entrar en su corazón, el lugar del encuentro con su verdadero yo, con Cristo resucitado y con Dios. Para Henri, la la enseñanza y la actividad pastoral eran una sola cosa.

Un ministro cristiano no debe llamar a la gente simplemente a mantener puntos de vista teológicos correctos, la disciplina ética o la pureza dogmática, aunque cada una de estas dimensiones pueda tener su lugar. Más bien, un pastor debería configurar una forma de ser abierta y en la que no tengan cabida los juicios. Así lo expresó en 1972, en una homilía dirigida a los estudiantes de la facultad de teología:

"El ministerio consiste en convertir la hostilidad en hospitalidad... al enemigo en amigo. No es un intento de redimir a las personas, sino de ofrecer el espacio libre donde la redención pueda tener lugar. La paradoja del ministerio consiste en que somos llamados a crear un vacío; no un vacío terrible, sino un vacío acogedor, donde el extraño pueda entrar y descubrir que ha sido creado libre... libre para cantar su propia canción, hablar su propio lenguaje, danzar su propia danza, y también para marcharse y seguir su propia vocación".

miércoles, 17 de agosto de 2022

HIPOCRESÍA Vs COMUNIDAD

 

La vida institucional lleva a la hipocresía, porque los que ofrecemos guía espiritual nos encontramos a menudo que no vivimos lo que predicamos o enseñamos. No es fácil evitar completamente la hipocresía, porque al querer hablar en nombre de Dios, la Iglesia o la comunidad nos encontramos diciendo cosas grandes que exceden nuestras fuerzas. La experiencia me demuestra que la mejor cura contra la hipocresía es la comunidad. Cuando, como guía espiritual, viva cerca de los que atiendo, y cuando me deje criticar con cariño por los míos y sea perdonado por mis defectos, entonces no seré considerado un hipócrita. Tengo que llegar a ser un sacerdote que sepa pedir perdón por sus defectos".

Henri Nouwen, Diario del ultimo año de vida, pág. 277

martes, 9 de agosto de 2022

ENCONTRAR TU PROPIA VERDAD

Sigue luchando para descubrir tu propia verdad. Cuando la gente que conoce tu corazón y te quiere amorosamente dice que eres un hijo de Dios, que Dios ha llegado a lo profundo de tu ser y que estas ofreciéndoles a los demás mucho de Dios, oyes esos comentarios solo como palabras estimulantes. 

No piensas que esta gente cree verdaderamente lo que dice. Tienes que empezar a verte como te ven tus verdaderos amigos. Mientras sigas ciego para tu propia verdad, te sigues devaluando y continuas pensando en los demás como personas mejores, mas santas y mas amadas de lo que eres tú. Sobreestimas a todo aquel en quien ves bondad, belleza y amor, porque no ves en ti mismo ninguna de estas cualidades. Como resultado de ello, empiezas a apoyarte en los demás, sin darte cuenta de que tienes todo lo que necesitas para erguirte sobre tus propios pies. 

De todas maneras, no puedes forzar las cosas. No puedes hacerte ver lo que ven los demás. No puedes exigirte del todo cuando tus partes están aun descarriadas. Debes reconocer donde estas y asegurar ese lugar. Debes estar dispuesto a vivir tu soledad, tu ser incompleto, tu falta de encarnación total sin miedo, y confiar en que Dios te dará amigos que siga indicándote la verdad de quien eres.

Henri Nouwen

La voz interior del amor