Henri, Nouwen
en cualquier sitio del mundo donde se encontrase, celebraba diariamente la
eucaristía: capillas, iglesias, hoteles, casas de amigos, e invitaba al grupo
más cercano a que le acompañaran, católicos o no, y les invitaba a recibir el
sacramento. Henri tenía una fe absolutamente firme en que la Eucaristía era un
don para toda la humanidad, de modo que aplicaba con mucha flexibilidad la
visión oficial de la Iglesia Católica de que podían recibirla sólo aquellos que
están en plena comunión con la Iglesia. Esto tal vez tuvo sus raíces en el
hecho de que Henri se desenvolvió durante buena parte de su vida en medios no
católicos, o que en El Arca los miembros pertenecían a diferentes confesiones
cristianas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.