“Cuando nuestras palabras son sólo maldiciones airadas, nuestras manos son puños cerrados y nuestros ojos rebosan hostilidad, entonces estamos tratando de poner fin a una guerra con otra guerra y añadiendo intolerancia a la intolerancia, miedo al miedo y violencia a la violencia.
Cuando caminamos hacia el centro de la ciudad con las manos vacías y volvemos con velas en lugar de fusiles, queremos expresar no sólo nuestra profunda tristeza, sino también nuestra esperanza de que la tristeza conduzca al arrepentimiento, el arrepentimiento lleve a la compasión y la compasión conduzca a la paz.
Cuando caminamos hacia el centro de la ciudad con las manos vacías y volvemos con velas en lugar de fusiles, queremos expresar no sólo nuestra profunda tristeza, sino también nuestra esperanza de que la tristeza conduzca al arrepentimiento, el arrepentimiento lleve a la compasión y la compasión conduzca a la paz.
Si queremos responder a la increíble violencia de nuestro mundo con una no violencia creíble, tenemos que estar dispuestos a creer que la no violencia no es una técnica para conquistar la paz, sino una actitud personal profunda que hace posible recibir la paz como un don”.
“La oración, que es vivir en la presencia de Dios, es la acción por la paz más radical que podamos imaginar.”
Henri Nouwen
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