Cuando Henri Nouwen murió todos sus amigos
y las personas que le conocieron fueron conscientes de la gran pérdida que esto
suponía, y así lo han contado en diversas publicaciones. Entre todas las cosas
que dicen de Henri Nouwen, la más común e importante es la amistad que
profesaba a todos, y a través de la cual hizo presente a su alrededor un
ministerio de amor. Otro elemento que, sin lugar a dudas le singularizaba, era
su condición sacerdotal, que vivió con gozo y clara conciencia de compromiso
con los demás.
Es indudable que Henri Nouwen ha sido una
de las figuras espirituales más notables de su generación, un sacerdote de
profundo carisma, un mediador de la presencia de Dios tanto en sus obras como
en su propia vida. Era también un hombre con heridas, y estas se convirtieron
en fuente de sanación para otras personas. Vivió su camino espiritual en medio
de luchas e invitó a otras personas a que lo hiciesen del mismo modo. Su
condición homosexual, intuida por muchos, y revelada luego de su muerte a sus
numerosos lectores no lo define evidentemente, pero lo singulariza, y le hace a
él mismo icono para quienes cargan la misma cruz y buscan seguir a Cristo en
este mundo gozosa y plenamente.
- Como
escritor tenía palabras que conectaron con su tiempo y que ayudaron a muchas
personas a encontrar a Dios y a ser encontradas por él.
- Percibió
la sed espiritual de nuestro tiempo y fue capaz de ofrecer consuelo en lugares
donde sólo había desánimo.
- Conseguía
comunicar ideas y conceptos teológicos sumamente complejos formulándolos de
manera eficaz y sencilla, pero no por ello menos profunda.
- Era
un teólogo que oraba, y sus palabras procedían tanto de su corazón como de su
mente.
- Llamaba
a las personas a una teología viva del encuentro y la comunidad, en la que era
posible potenciar las relaciones humanas y el vínculo con Dios.
- Sus
enseñanzas no sólo trascendían las divisiones religiosas e interesaban a todos
los cristianos, sino que también atraían a personas de otras tradiciones, o a
gente sin especial interés espiritual.
- Toda
su vida y su ministerio estuvieron moldeados por la eucaristía, que celebraba
de un modo muy especial, con mucha unción, y que vivía como experiencia de
reconciliación y transformación.
- Era
una persona íntegra, compasiva, inteligente, exigente, temperamental. Algunos
le consideraban manipulador, egocéntrico y obsesivo. Convirtió a los pequeños y
a los pobres en sus maestros, y fue un sacerdote que buscó incansablemente la
libertad y el amor.
Como elementos
particularmente novedosos podemos destacar: Nueva comprensión de la
encarnación, ver la vida espiritual como vida encarnada; llegó a ver la
espiritualidad y la sexualidad no como fuerzas rivales, sino como excelentes
dones procedentes de una misma fuente. Quiso hablar de la sexualidad, pero no
con un lenguaje moral, sino místico.
Henri Nouwen, en el
plano personal, ha sido también un compañero de camino en mi propia andadura espiritual,
de ahí que desde hace varios años le lea con asiduidad y esmero, y trate de
compartirlo también en mi ministerio con otras personas.
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