"El amor lo une todo, tanto lo creado como lo increado. El
corazón de Dios, el corazón de todo lo creado y nuestros corazones se hacen uno
en el amor. Eso es lo que todos los grandes místicos han estado tratando de
decirnos a lo largo del tiempo: san Benito, san Francisco, Hildegarda de
Bingen, Hadewich de Brabante, el maestro Eckhart, santa Teresa de Jesús,
san Juan de la Cruz, Dag Hammarskjöld, Thomas Merton y otros muchos, cada cual
a su manera y con su propio lenguaje, dieron testimonio del poder unificador
del amor divino. Todos ellos, sin embargo, hablaron con un conocimiento
adquirido no a través de la argumentación intelectual, sino por medio de la
oración contemplativa. El Espíritu de Jesús les permitió ver el corazón, el
corazón del universo y sus propios corazones en uno solo. Es en el corazón de
Dios donde podemos acceder al conocimiento de la unidad de todo lo existente,
creado e increado."
HENRY NOUWEN
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