"La esperanza y la fe terminan cuando morimos. Pero el amor permanece. El amor es eterno. El amor viene de Dios y vuelve a Dios. Cuando muramos perderemos todo lo que la vida nos da, excepto el amor. El amor con que vivimos nuestras vidas es el amor de Dios en nosotros. Es el núcleo divino indestructible de nuestro ser. Este amor no solamente permanecerá sino que también llevará fruto, de generación en generación.
Cuando nos acerquemos a la muerte digámosle a los que dejamos atrás: Que sus corazones no se perturben, porque el amor de Dios que vive en mi corazón vendrá a ustedes, y les ofrecerá consuelo y les reconfortará".
Henri Nouwen
Pan para el viaje
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