Bendecir quiere decir decir cosas buenas. Debemos bendecirnos los unos a los otros constantemente. Los padres necesitan bendecir a sus hijos, los hijos a sus padres, los esposos a sus esposas, las esposas a sus esposos, los amigos a sus amigos. En nuestra sociedad, tan llena de maldiciones, debemos llenar todos los lugares donde estamos con nuestras bendiciones. Olvidamos con mucha facilidad que somos los hijos amados de Dios y permitimos que las muchas maldiciones de nuestro mundo oscurezcan nuestro corazón. Por lo tanto, necesitamos que se nos recuerde que Dios nos ama y recordar a otros que ellos también son amados. Sea que la bendición se diga en palabras o por medio de gestos, de manera formal o informal, nuestras vidas necesitan ser vidas bendecidas.
Henri Nouwen
Pan para el viaje
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