Llegar a ser prójimos es tender un puente sobre la brecha que separa a las personas. En la medida en que haya distancia entre nosotros y no podamos mirarnos a los ojos, se plantea todo tipo de ideas e imágenes falsas. Llamamos a los otros con nombres ofensivos, hacemos bromas sobre ellos, los cubrimos con nuestros prejuicios y evitamos el contacto directo. Pensamos en ellos como enemigos. Nos olvidamos de que ellos aman como nosotros amamos, que cuidan de sus hijos como nosotros cuidamos de los nuestros, se enferman y mueren como nosotros. Olvidamos que son nuestros hermanos y hermanas y los tratamos como objetos que podemos destruir cuando queramos. Sólo cuando tenemos el valor de cruzar el camino y mirarnos a los ojos podemos ver que somos hijos del mismo Dios y miembros de la misma familia humana.
Henri Nouwen
Pan para el viaje
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