"Durante mucho tiempo consideré la baja autoestima una virtud.
Me habían prevenido tanto contra el orgullo y la presunción
que llegué a considerar que despreciarme era algo bueno.
Pero ahora me he dado cuenta de que el verdadero pecado
es negar el amor de Dios hacia mí, ignorar mi valía personal. Porque sin reclamar este primer amor y esta valía,
pierdo el contacto con mi verdadero yo
y comienzo a buscar en lugares equivocados
lo que sólo puede encontrarse en la casa del Padre".
Henri Nouwen
El regreso del hijo pródigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.