"El concepto de pereza me ayuda a comprender mi propio mundo mucho mejor. No es el mal o el bien lo que caracteriza nuestra conducta, sino la indiferencia pasiva hacia ambos lados. Puedo ver qué difícil es, por no decir imposible, predicar a la gente perezosa, porque nada les importa. No les mueve un pensamiento agradable, ni una idea excelente, ni una perspectiva alentadora, ni le indignan las palabras fuertes, las ideas sórdidas o los puntos de vista destructivos. Evelyn Waugh, una vez definió la pereza como el pecado dominante en los últimos tiempos. Parece el pecado de una generación echada a perder, a la que no le importa nada.
Me pregunto si la pereza no es una tentación especial para los mayores, que han visto demasiados acontecimientos pero pocos cambios. Me doy cuenta de que a veces me cansa iniciar otra pelea, proseguir otra batalla en busca del bien. A veces deseo estar a solas. Pero Dios no quiere que descanse demasiado pronto.He de ser fiel hasta el final, confiando siempre en el cumplimiento total de la promesa de Dios".
Henri Nouwen, Diario del último año de vida
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