"La herida de la soledad en la vida del ministro duele tanto más cuanto que no solamente comparte la condición humana del aislamiento, sino que nota que su impacto sobre los demás va disminuyendo. Al ministro se le pide que hable sobre las últimas preocupaciones de la vida: nacimiento y muerte, unión y separación, amor y odio. Tiene un deseo urgente de dar sentido a la vida de las personas. Pero se encuentra a sí mismo situado en las fronteras externas de todo lo que sucede y admitido solamente por cortesía en los sitios donde se toman las decisiones".
"Me gustaría proclamar a voz en grito y con toda claridad lo que podría parecer impopular e incluso perturbador: la forma cristiana de vida no libera de la soledad. La protege y la cuida como un don precioso. A veces parece que hacemos todo lo posible para evitar la dolorosa confrontación con nuestra soledad humana. De esa forma, consentimos en ser atrapados por falsos dioses que nos prometen una inmediata satisfacción y un alivio rápido. Pero quizá el penoso reconocimiento de la soledad sea un hecho fundamental en nuestra existencia. Puede ser un don que debamos proteger y guardar, porque nuestra soledad nos revela un vacío interior que puede ser destructivo cuando es mal comprendido, pero lleno de promesas para el que puede aguantar su dulce dolor.
"Me gustaría proclamar a voz en grito y con toda claridad lo que podría parecer impopular e incluso perturbador: la forma cristiana de vida no libera de la soledad. La protege y la cuida como un don precioso. A veces parece que hacemos todo lo posible para evitar la dolorosa confrontación con nuestra soledad humana. De esa forma, consentimos en ser atrapados por falsos dioses que nos prometen una inmediata satisfacción y un alivio rápido. Pero quizá el penoso reconocimiento de la soledad sea un hecho fundamental en nuestra existencia. Puede ser un don que debamos proteger y guardar, porque nuestra soledad nos revela un vacío interior que puede ser destructivo cuando es mal comprendido, pero lleno de promesas para el que puede aguantar su dulce dolor.
Henri NOUWEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.