“Todo lo que quiero decirte es que «eres el amado», todo lo que espero de ti es que puedas oír estas palabras como dichas para ti con toda la ternura y la fuerza que el amor puede poner en ellas. Mi único deseo estas palabras «Tú eres el amado» resuenen en el último rincón de tu ser. El mayor regalo que puede darte mi amistad es el don de tu condición de ser amado. Y puedo dártelo sólo en la medida en que lo quiera para mí. ¿No es acaso la amistad esto mismo, darse uno a otro el don de ser amado? Hay una voz, la voz que habla desde arriba y en nuestro interior, y que dice como en un murmullo, o de forma catada: «Tú eres mi amado, en ti me complazco».
No es fácil escucharla en un mundo lleno de voces que gritan "No eres atractivo. Todo lo contrario, eres un ser repulsivo: no vales para nada; eres un ser despreciable, una nada mientras no seas capaz de demostrar lo contrario". Estas voces negativas son tan fuertes y constantes que fácil darles crédito. Es la trampa de la autoinfravaloración".
Henri Nouwen
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