lunes, 16 de junio de 2014

EL SANADOR HERIDO... EL LÍDER, CONTEMPLATIVO CRÍTICO.

"Hemos dicho que la generación preocupada por su mundo interior, que no vive el sentido de tener padres, quiere desesperadamente cambiar el mundo en el que vive, pero tiende a actuar por impulsos, de forma desordenada, ante la falta de alternativas fiables. ¿Cómo puede el líder cristiano dirigir su energía hacia los canales de la creatividad y ser realmente un agente de cambio? Esto puede sonar sorprendente y quizá incluso contradictoria. Pero es que pienso que lo que realmente se pide al líder cristiano del futuro es que sea un contemplativo crítico
Confío en ser capaz de prevenir a mis lectores de la asociación frecuente de la palabra contemplativo con una vida que se desarrolla detrás de unos muros, con un mínimo contacto con lo que pasa en un mundo que se mueve a una velocidad vertiginosa. Lo que tengo en la mente es una forma de contemplación muy activa, muy comprometida, una forma atractiva de contemplación. Creo que debo una aclaración al lector. 
El hombre que no sabe hacia dónde va o qué clase de mundo es aquel al que se orienta, que se pregunta si traer al mundo hijos en este universo caótico en el que está viviendo no es un acto de crueldad en vez de un acto de amor, se sentirá a menudo tentado de convertirse en un ser sarcástico y hasta cínico. Se ríe de sus amigos tan ocupados, pero no ofrece ninguna alternativa a esa actividad. Protesta contra muchas cosas, pero no sabe por qué luchar, de qué verdad ser testigo. 
Pero el ministro cristiano que ha descubierto en sí mismo la voz del Espíritu y ha redescubierto a los hombres, sus compañeros de viaje, ayudado por el sentido de la compasión, puede mirar a las personas con las que se encuentra, los contactos que hace y los hechos de los que forma parte, de una manera diferente. Puede revelar a sus hermanos las primeras líneas del nuevo mundo detrás del velo de la vida diaria. Como contemplativo crítico mantiene una cierta distancia, para impedir ser absorbido por lo que es más urgente y más inmediato. Pero esa misma distancia le permite mostrar la belleza real del ser humano y de su mundo, que siempre es diferente, fascinante, nueva. 
No es misión del líder cristiano ir de un lado para otro intentando nerviosamente redimir a las personas, salvarlas en el último minuto, ponerlas en el buen camino. Porque hemos sido redimidos una sola vez y para siempre".

Henri Nouwen
"El sanador herido"

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