Una parte de ti ha quedado atrás muy temprano en tu vida: la parte que nunca se sintió plenamente admitida. Está llena de temores. Mientras tanto, te desarrollaste con muchas habilidades de supervivencia. Pero quieres que tu identidad sea una. Entonces, tienes que recuperar la parte que ha quedado atrás. Eso no es sencillo, pues te has transformado en una persona bastante formidable, y tu parte temerosa no sabe si puede vivir a salvo contigo. Tu parte madura tiene que volverse infantil (acogedora, amable y protectora) para que tu parte ansiosa pueda retornar y sentirse segura.
Te quejas de que es difícil para ti rezar, experimentar el amor de Jesús. Pero Jesús reside en tu parte temerosa, nunca totalmente admitida. Cuando proteges tu verdadera parte y descubres que es buena y hermosa, ves que Jesús esta allí. Allí donde eres más humano, mas tú mismo, más débil, allí reside Jesús. Recuperar tu parte temerosa es recuperar a Jesús.
Henri Nouwen
"La voz interior del amor"
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