"Nuestra vida emocional sufre contínuos altibajos. En ocasiones experimentamos cambios bruscos de humor. Pasamos de la excitación a la depresión, de la alegría a la tristeza, de la armonía interior al caos. Una pequeñez, una simple palabra de alguien, una desilusión en el trabajo, muchas cosas, pueden provocar en nosotros cambios de humor.La mayor parte de las veces tenemos muy escaso control sobre estos cambios...
Por eso es sumamente importante saber que nuestra vida emocional no es lo mismo que nuestra vida espiritual. Nuestra vida espiritual es la Vida del Espíritu de Dios en nosotros. Cuando sentimos que nuestras emociones cambian, debemos poner nuestros espíritus en contacto con el Espíritu de Dios y recordar que una cosa es sentir y otra distinta, ser.
Somos, y seguiremos siendo los hijos amados de Dios, sean cuales sean nuestros humores.
HENRI NOUWEN
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