“Si es verdad que Dios, en Cristo Jesús, espera nuestra respuesta al amor divino, entonces podemos descubrir toda una perspectiva nueva sobre cómo esperar en la vida. Podemos aprender a ser persona que no siempre intentan volver a la acción, sino que reconocen el cumplimiento de nuestra más honda humanidad
en la pasión, en la espera.
Si logramos hacerlo, estoy convencido de que entraremos en contacto con el poder y la gloria de Dios y de nuestra propia vida nueva. Nuestro servicio a los demás incluirá nuestra ayuda para hacerles ver cómo la gloria se abre paso, no sólo donde son activos, sino también donde son pasivos.
Y por esta razón la espiritualidad de la espera no es solamente esperar a Dios. Es también participar en la espera de Dios por nosotros y de esta forma llegar a compartir el amor más profundo: el amor de Dios.”
HENRI NOUWEN
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