“Con frecuencia la Iglesia nos hiere en lo más vivo. Las
personas con autoridad religiosa nos hieren a menudo con sus palabras, o actitudes y exigencias. Precisamente porque nuestra religión nos pone frente a cuestiones relativas a la
vida y a la muerte, nuestra sensibilidad religiosa puede sentirse herida con
extrema facilidad. Los ministros y los sacerdotes raramente se dan perfecta cuenta
de cómo una observación crítica, un gesto de rechazo, una muestra de
impaciencia pueden ser recordados de por vida por aquellos a quienes fueron
dirigidas.
Es tal la necesidad de dar un sentido a la vida, de
confortación, de dar consuelo, de perdón
y reconciliación, de restablecimiento y salud, que a cualquiera que
tenga un poco de autoridad en la Iglesia se le debería recordar de forma
permanente que la mejor palabra para caracterizar a la autoridad religiosa es
la palabra compasión.
Mantengamos nuestra mirada en Jesús, cuya autoridad
se
expresa en la compasión."
HENRI NOUWEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.