“En 1965, Nouwen renunció a la comodidad de su vida de
estudiante en Kansas para unirse a la histórica marcha por los derechos civiles
desde Selma hasta Montgomery en Alabama. Unas cuantas semanas antes, había sido
interceptada una manifestación y la policía había empleado gases lacrimógenos
al tiempo que golpeaba con las porras a los inermes manifestantes, hiriendo a
14 personas. En respuesta, Martin
Luther King hizo un llamamiento a los líderes religiosos y a las personas de fe
de los Estados Unidos convocándolos inmediatamente a Selma para realizar una
segunda marcha….
MICHAEL FORD. Henri Nouwen : El profeta herido.
Este es el testimonio directo de Nouwen:
“El camino era una autopista de cuatro carriles y todo el
mundo era bienvenido. Aquella mañana habíamos partido del campamento más de mil
personas y otras ocho mil habían llegado a Montgomery la noche anterior. ….
Éramos un grupo no violento, pero los helicópteros no
dejaban de volar sobre nosotros….la Guardia Nacional, apenas oculta, estaba en
unos autobuses con las armas dispuestas…y la policía del estado patrullaba la
ruta…..La Guardia Nacional estaba compuesta por entero de hombres de Alabama,
no admitía negros en sus filas y llevaba la bandera de la Confederación en sus
uniformes con desafiante orgullo….Los manifestantes veían con creciente temor
cómo los oficiales de policía filmaban a la columna. Todo el mundo sabía lo que
aquello significaba: la película serviría de prueba para utilizarla
posteriormente a fin de demostrar las acusaciones de incitación al motín, e
innumerables personas eran conscientes de que, si eran identificadas, perderían
el trabajo….
Martin Luther King se puso en pie y con su voz poderosa y
profunda preguntó gritando: ¿Qué queréis?” y la gente respondió vociferando : ”¡Libertaaad!”. Él gritó de nuevo: “¿Cuándo la queréis”? y la gente respondió: “Yaaaaa”. King preguntó
: “¿Cuánta queréis?” Y aquellas
encolerizadas personas respondieron: “¡Todaaaaa!!!” . “Entonces vayamos juntos
al Capitolio. No tengáis miedo. Dios está con nosotros.”…
Hablaba de manera distinta de los
demás, que ya eran incapaces de controlar su furia. King hablaba lentamente,
con convicción y una autoridad inmensa y arrolladora. Sus frases eran como
explicaciones capaces de superar cualquier duda…Su voz se alzaba hasta alcanzar
el nivel de la ira santa, y con un ritmo cada vez más rápido repetía las palabras:
“¡Estamos en marcha!. Hoy no pasaremos de estos peldaños, pero hagamos que se
enteren : ¡Estamos en marcha! Regresaremos y continuaremos sufriendo, pero
ahora sabemos que estamos en marcha. Algunos serán asesinados, las lágrimas
brotarán, habrá personas que se doblegarán, pero nosotros estamos en marcha.
(Los negros) no podemos votar, no podemos gobernar, no podemos decidir nuestro
destino, pero ¡estamos en marcha.!
Entonces la gente tomó el relevo. El grito repetido sonó como
el estruendo de las trompetas en el Valle de Jericó: “¡Estamos en marcha!”…
HENRI
NOUWEN. A pilgrimage to Selma.
Archivos de la Facultad de Teología de
Yale.
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