Todos somos, de una u otra manera, personas heridas, y encontrar el amor incondicional de Dios nos permite encontrar en esas mismas heridas una fuente de bendición. No son nuestras condiciones particulares el problema en sí, sino nuestra mirada sobre ellas, nuestra no aceptación. Descubrirse herido y rechazado es el problema.
No se juzga a las personas por su condición sexual, sino por su bondad, su capacidad de servicio, su compasión.Los que escucharon a Nouwen y se sintieron bendecidos por sus conferencias, retiros o libros no sabían su condición homosexual, es un dato que se hizo público después de su muerte, y permite comprender mejor la fuente de su sabiduría espiritual, pero nada más. Antes o después sigue siendo un maestro que entendió y habló como pocos de las luchas y anhelos del corazón humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.