"Es asombroso lo fácil que es bendecir a los demás, decirles cosas buenas, decir cosas buenas sobre ellos, sobre su belleza y su verdad, cuando nosotros mismos vivimos nuestra condición de bendecidos. El que es bendecido siempre bendice. ¡Y las personas desean ser bendecidas! Eso es evidente en todo lugar. Nadie es traído al mundo con maldiciones, cotilleos, acusaciones o inculpaciones. Hay tantas cosas ocurriendo a nuestro alrededor.... que provocan oscuridad, destrucción y muerte.
Como los "bendecidos", podemos caminar por este mundo y ofrecer bendiciones. No requiere demasiado esfuerzo. Es algo que fluye naturalmente de nuestros corazones. Cuando escuchamos dentro de nosotros la voz que nos llama por nuestro nombre y nos bendice, la oscuridad ya no nos distrae. La voz que nos llama "amado" nos dará palabras para bendecir a los demás y revelarles que no son menos bendecidos que nosotros".
Henri Nouwen, Tú eres mi amado.
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