"A Jesús se lo llama Emmanuel, que significa Dios con nosotros. La gran paradoja de la vida de Jesús es que Él, cuyas palabras y acciones de ninguna manera estaban influenciadas por las críticas o las alabanzas humanas, sino que dependían siempre de la voluntad de Dios, está más con nosotros que ningún otro ser humano. La compasión de Jesús, su profundo sentirse con nosotros, es posible porque su vida está guiada no por lo que los seres humanos puedan pensar de Él, sino solamente por el amor de su Padre celestial. Jesús es libre para amarnos porque no depende de nuestro amor".
Henri Nouwen
A menudo cierta teología y cierta espiritualidad parece que quisieran alejar a Jesús de nosotros. Resaltamos tanto su condición divina, su distinguirse del resto de los seres humanos, que casi perdemos de vista lo que supone la afirmación de Juan: "Y el Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros".
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