Visión de Nouwen sobre “el ministro como memorial sanante”. Tres puntos: los
ministros curan recordando. Recuerdan aceptando las heridas de nuestros
pasados individuales y conectándolas con las heridas de toda la humanidad
sufridas por Dios mismo. Este recuerdo ocurre no tanto por lo que los
ministros dicen o hacen sino por el modo cómo sus propias vidas están
íntimamente conectadas con Dios en Jesucristo. Es decir: Ser un memorial
sanante requiere una espiritualidad, una conexión espiritual, un estilo de
vida unido a Dios. Así: lo primero es una vida de oración, vida de
unión con Cristo quiero decir, que no es lo mismo que recitar oraciones.
Es a través de esta unión con Cristo que yo puedo descubrir las
necesidades del prójimo y el tipo de servicio que necesita de mí. Implica además que toda preparación y
formación he de buscarlas en la medida en que me ayuden en este proceso.
Necesitamos tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo para poder hacer
lo que hizo Cristo. La curación procede de Cristo; es Cristo quien
rompe la barrera de nuestra fragmentación y alienación y restaura nuestra conexión
con el Todo, es decir, con Dios y con los demás.
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