(Henri
Nouwen: (1932-1996) Nació en los Países Bajos, donde se ordenó sacerdote.
Enseñó en diversas universidades norteamericanas. Más tarde se trasladó a la
comunidad de “El Arca” en Daybreak (Toronto). A través de sus más de veinte
títulos publicados se ha convertido en un importante escritor de espiritualidad).
En el caso de Nouwen,queremos reseñar dos textos que tratan acerca del ministerio
ordenado en la Iglesia, y se ayudan de la psicología para proponer una
espiritualidad más acorde con las necesidades actuales del sacerdocio... los
libros en cuestión intentan una comprensión mejor, más abierta, dinámica y pastoral,
del ministerio ordenado (válido tanto para el sacerdocio, como para el
pastorado, teniendo en cuenta que Nouwen desarrolló su trabajo a menudo en el
mundo protestante).
Los libros a que me refiero son:
1- “Un ministerio creativo”. PPC, 2000. (Escrito en1971)
2- “El sanador herido”. PPC, 2008. (Escrito en 1972)
En
el primer libro de los citados la preocupación principal de Nouwen es el
vínculo entre el ejercicio del ministerio, entendido muchas veces como mera
profesión, y la espiritualidad, entendiendo que a menudo hay una separación
entre el vivir y el sentir, entre ministerio y espiritualidad. Nos propone ir
más allá de la mera trasmisión de un contenido doctrinal, más allá de repetir
rutinariamente un mensaje, más allá de unas muy bien hilvanadas razones
teológicas, más allá del acomodamiento y manipulación de las estructuras de las
que formamos parte, más allá de un ritual protector y creador de estatus. Si
queremos revitalizar el ministerio tenemos que trasmitir una experiencia,
implicarnos en el mensaje, acercarnos a la persona concreta e individual,
construir una comunidad y celebrar con pasión lo que vivimos. En el fondo hay
para Nouwen un problema: tanto el ministro en concreto como la estructura a la
que este pertenece ha evitado durante mucho tiempo enfrentar la realidad. Pero
el mundo de hoy pone altas exigencias, y surge con fuerza la pregunta de cómo
es posible vivir una vida centrada, y cómo puede mantenerse la integridad en lo
más íntimo, frente a estímulos tan contrastantes. El ministro cristiano no
podrá serlo sino cuando su fe más íntima y su visión de la vida sean el centro
de su trabajo pastoral. Es un estilo de vida, una experiencia concreta de Dios,
en la que ha de haber un todo unificado que sostenga el edificio espiritual del
ministro, y le permita ser, estar y actuar en el mundo hoy de parte de Dios.
Nouwen utiliza un lenguaje menos psicologista
que Anselm Grün; su saber psicológico está, a mi juicio, más integrado en lo
teológico y lo espiritual, pero quien lee estas páginas comprende que es desde
una comprensión de la persona humana y de su psiquismo que se está construyendo
el discurso y proponiendo acciones pastorales concretas. Otros libros de Nouwen
intentan lo mismo, desde perspectivas algo diversas: “Intimidad: ensayos de
psicología pastoral” (1969), “Signos de vida: intimidad, fecundidad y éxtasis”
(1986); “En el nombre de Jesús: reflexiones sobre el liderazgo cristiano” (1989).
En la medida en que Nouwen madura como escritor se ven menos las costuras en
sus libros, y ya es menos explícito en lo psicológico, pero lo ha integrado de
una manera particular... (Continua).
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