"Nuestras mentes están siempre activas. Analizamos,
reflexionamos, soñamos despiertos o cuando dormimos. No hay un solo momento
durante el día o durante la noche en que no estemos pensando. Podría decirse
que nuestro pensamiento es incesante. En ocasiones desearíamos poder dejar de
pensar por un momento; eso nos liberaría de muchas preocupaciones, sentimientos
de culpa y temores. Nuestra capacidad para pensar es nuestro gran don, pero
asimismo es la fuente de nuestros mayores pesares. ¿Hemos de convertirnos en
víctimas de nuestros pensamientos incesantes? No. Podemos convertir nuestro
pensamiento incesante en una oración incesante, haciendo que nuestro monólogo interior sea un diálogo contínuo con nuestro Dios, que es la fuente de todo amor.
Rompamos nuestro aislamiento y démonos cuenta de que hay
Alguien que mora en el centro de nuestro ser, que quiere escuchar con amor todo
lo que ocupa y preocupa a nuestras mentes."
HENRY NOUWEN
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