Hay “tres aspectos de una vida fructífera: la vulnerabilidad, la gratitud y el cuidado que exige de nosotros.”
“El camino de Dios es el camino de la debilidad. La gran novedad del Evangelio es precisamente que Dios se hizo pequeño y vulnerable, y de esa manera nos llenó de frutos. La vida más fructífera que jamás se haya vivido es la vida de Jesús… En esta total vulnerabilidad es como nos proporcionó nuestra salvación. El fruto de esta existencia, pobre y fracasada, es la vida eterna para todos los que creen en él.”
“El segundo aspecto de una vida fructífera es la gratitud… En cuanto desviamos nuestro interés por los productos y lo orientamos hacia los frutos, nos convertimos en personas agradecidas.”
“La vida necesita ser celebrada. Sin celebración, ningún tipo de vida puede florecer... Celebración es una de las palabras, convertida en hechos, que más necesitamos.”
Henri NOUWEN
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