Uno de los mejores trabajos de Henri Nouwen es sin lugar a dudas su libro "El sanador herido"; creo que a pesar de que su evaluación de la realidad puede haber cambiado en algún sentido, sus ideas en torno al servicio de los líderes de la comunidad cristiana (que no se limita al ministerio ordenado) conservan totalmente su actualidad, y son preciosas sus intuiciones. Por eso he querido compartir algunas de esas ideas...
EL LÍDER DEL MAÑANA
"Cuando nos hacemos conscientes de las implicaciones de nuestro pronóstico en relación con el líder cristiano del futuro, se ve con claridad que hay tres papeles que merecen una atención especial: (1) el líder como articulador de la vida interior; (2) el líder como hombre compasivo; (3) el líder como un crítico contemplativo.
El ministro como articulador de la vida interior
"El hombre interiorizado se enfrenta a una misión nueva y a menudo dramática. Debe llegar a un arreglo con una realidad interior tremenda. Desde que el Dios «de fuera» o el «de arriba» están más o menos perdidos en las estructuras secularizadas, el Dios interior exige una atención como nunca en la historia de la humanidad. Y como el Dios de fuera puede ser experimentado como un padre amoroso o como un demonio horrible, el Dios interior puede ser, no solamente la fuente de la nueva vida creativa, sino también la causa de una confusión caótica.
EL LÍDER DEL MAÑANA
"Cuando nos hacemos conscientes de las implicaciones de nuestro pronóstico en relación con el líder cristiano del futuro, se ve con claridad que hay tres papeles que merecen una atención especial: (1) el líder como articulador de la vida interior; (2) el líder como hombre compasivo; (3) el líder como un crítico contemplativo.
El ministro como articulador de la vida interior
"El hombre interiorizado se enfrenta a una misión nueva y a menudo dramática. Debe llegar a un arreglo con una realidad interior tremenda. Desde que el Dios «de fuera» o el «de arriba» están más o menos perdidos en las estructuras secularizadas, el Dios interior exige una atención como nunca en la historia de la humanidad. Y como el Dios de fuera puede ser experimentado como un padre amoroso o como un demonio horrible, el Dios interior puede ser, no solamente la fuente de la nueva vida creativa, sino también la causa de una confusión caótica.
La queja más amarga de los místicos españoles, santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz, fue que les faltaban guías espirituales para orientarlos por los caminos más adecuados a su vida interior, y para permitirles la posibilidad de distinguir entre los espíritus creativos y los destructivos...
Por eso, el primer trabajo, el más importante que debe exigirse a un ministro del futuro es clarificar la inmensa confusión que puede surgir cuando las personas empiezan a vivir en su nuevo mundo interior. Es un hecho penoso darse cuenta de lo pobremente que están preparados la mayoría de los líderes cristianos cuando se les invita a ser líderes espirituales en el verdadero sentido de la palabra. La mayoría de ellos están acostumbrados a pensar en términos de organizaciones a gran escala, escuelas, hospitales, y a dirigir todos esos montajes espectaculares, como si se tratara de un director de circo. Se han convertido en personas a las que no les son familiares los movimientos significativos del espíritu. Es más, a veces se sienten asustados ante ellos. Tengo miedo de que, dentro de unas décadas, la Iglesia sea acusada de haber fracasado en su función más fundamental: ofrecer a los hombres vías creativas de comunicación con la fuente de la vida humana.
¿Cómo podemos evitar este peligro? Creo que sólo si entramos primeramente en nosotros, para empezar a unificar nuestra existencia y a familiarizarnos con las complejidades de nuestras vidas interiores. En cuanto nos sintamos en el hogar en nuestras propias casas, descubramos los rincones oscuros, lo mismo que los puntos luminosos, las puertas cerradas, lo mismo que las habitaciones que están ahí pero que no aparecen en los planos de nuestra propia vida interior, desaparecerá nuestra confusión, nuestra ansiedad disminuirá y seremos capaces de realizar un trabajo creativo.
En este caso, la palabra clave es unificación.
Henri Nouwen
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