lunes, 30 de septiembre de 2019

"Hemos sido llamados a ser fructíferos – no exitosos, ni productivos, ni expertos. El éxito proviene de la fuerza, del estrés y del esfuerzo humano. Es cuando nos sabemos vulnerables, cuando admitimos nuestra propia debilidad, que damos frutos".

Henri Nouwen
(Discurso público en Yale, el 30 de marzo de 1995)

domingo, 29 de septiembre de 2019

ABRIENDO EL CORAZÓN

Hay tres cualidades espirituales que caracterizan a un seguidor de Jesús, convertido o transformado: Intimidad, Compasión y Gratitud. El amor de Dios, más que una enseñanza moral, es algo íntimo y delicado. Somos amados de una forma muy personal, por un Tú que nos conoce íntimamente y continúa amándonos fielmente, aun cuando nos comportemos mal, nos auto despreciemos, o rechacemos a Dios. Esta presencia personal de Jesús, que nos habla al corazón, nos llama naturalmente a la intimidad con nosotros mismos y con aquellos a quienes amamos. Poner en práctica esta realidad de ser amados se llama compasión. Pero hay que saber superar dos obstáculos difíciles para alcanzar esta cualidad espiritual: la tendencia a sentir lástima de los demás y la tendencia a juzgarlos

(Cuantas veces decimos a alguien: rezaré por ti. Ello supone entrar profundamente en el otro y rezarle a Dios desde su centro. La compasión está en el corazón de nuestra plegaria por los otros. Cuando rezo por el mundo, me convierto en el mundo). 

 
Tampoco la gratitud es una enseñanza moral, sino una respuesta espontánea al descubrimiento de que somos amados. La gratitud brota del reconocimiento de que todo lo que existe es don divino, fruto del amor. La fecundidad y la gratitud van siempre unidas, agradecer multiplica. Podemos vivirla también como una disciplina, es decir, el esfuerzo explícito por reconocer que todo lo que soy y lo que tengo me ha sido dado como don de amor, don que tengo que celebrar con alegría (Devuélveme la alegría de la salvación). Optar por la gratitud en vez de quejarme y lamentarme; puedo ser agradecido cuando alguien me critica, aunque mi corazón responda con amargura; puedo optar por hablar de la bondad y la belleza, aunque mi ojo interno siga buscando a alguien para acusarle de algo feo. Puedo elegir perdonar y sonreír, y así, a pesar de todo, conseguiré vivir plenamente esta cualidad del discípulo.

(Ideas de Henri Nouwen)

lunes, 23 de septiembre de 2019

EL AMOR ES MÁS FUERTE

"Las amistades verdaderas duran porque el auténtico amor es eterno. Una amistad en la que el corazón habla al corazón es un don de Dios y ningún don que venga de Dios es temporal ni ocasional. Todo lo que viene de Dios participa de su vida eterna. El amor entre las personas, cuando es dado por Dios, es más fuerte que la muerte. En ese sentido, las verdaderas amistades continúan más allá de los límites de la muerte. Cuando has amado profundamente, ese amor puede hacerse incluso más fuerte después de la muerte de la persona a la que amas... Aquellos a los que has amado profundamente y que han muerto viven en ti, no solo como recuerdos sino como una presencia real"

Henri Nouwen

lunes, 16 de septiembre de 2019

UNA PALABRA CREADORA

Tomar las Sagradas Escrituras y leerlas es lo primero que tenemos que hacer para abrirnos a la llamada de Dios. Convertir la lectura bíblica en hábito, en costumbre, y no conformarnos con la lectura cotidiana de la Eucaristía o el rezo en común, sino hacer una lectura personal. Una lectura pausada, orante, abierta. Murmurarla, rumiarla, incluso cantarla. Llevarla al corazón. La Palabra de Dios es sacramental, es sagrada, hace presente lo que expresa. Hace arder nuestro corazón, como a los discípulos de Emaus, cuando Jesús les hablaba. La Palabra de Dios es creadora, porque para Dios hablar es crear (Génesis). La Palabra de Dios no es una palabra que debamos aplicar a nuestra vida diaria algún lejano día: es una palabra que nos sana en y a través de nuestra escucha, aquí y ahora.

(Ideas de Hentri Nouwen)

domingo, 1 de septiembre de 2019

EL GRAN DESAFÍO DE LA VIDA

"Aun cuando tratamos de tener el control de nuestra realidad y determinar el curso de nuestra existencia, debemos reconocer que la vida es un gran misterio para nosotros. Aunque hayas trabajado muy duramente en la vida para construirte una carrera de éxito y para dar a tu familia un hogar feliz, algunos de los factores principales que determinaban el desarrollo de los acontecimientos no estaban en modo alguno bajo tu control. Muchas cosas que te han sucedido a ti han sido tan importantes como las cosas que han sucedido a través de ti. Hace cincuenta años, ni tú ni nadie habría podido prever la situación actual. ¡Y qué inútil es para nosotros tratar de predecir nuestro futuro, inmediato o lejano...! Cosas que nos han ocasionado una gran ansiedad han resultado después totalmente insignificantes, y cosas a las que no habíamos dedicado ninguna atención antes de que sucedieran son, de hecho, las que nos han cambiado la vida. Así, nuestra autonomía está enraizada en un terreno desconocido. Esto constituye el gran desafío: ser tan libres que podamos ser obedientes; ser tan autónomos que podamos ser dependientes; poseer un control tan seguro que podamos rendirnos. Aquí estamos tocando la gran paradoja de la vida: vivir para ser capaces de morir. Ésta es la esencia del desprendimiento. El desprendimiento no es lo contrario de la autonomía, sino su fruto. ¡Hay que ser un buen conductor para saber cuándo hay que usar los frenos!"

Henri Nouwen
Una carta de consuelo