lunes, 31 de marzo de 2014

LA VIDA ES UN VIAJE CON DIOS

"Viajar. Ver lugares nuevos, escuchar músicas distintas, encontrarse con gente hasta ahora desconocida: es excitante, regocijante. Pero cuando no tenemos un hogar a donde regresar, donde alguien va a preguntarnos "¿Cómo fue tu viaje?" es posible que no tengamos tantas ganas de partir. Viajar es una experiencia gozosa cuando viajamos con los ojos y los oídos de las personas que nos aman, que quieren ver nuestras fotos y escuchar nuestras historias.
 La vida es exactamente eso. Es ser enviados a hacer un viaje por nuestro Dios amante, que está esperando en casa nuestro regreso y anhela poder ver las fotos que tomamos y oírnos hablar de los amigos que hicimos. Cuando viajamos con los ojos y los oídos del Dios que nos envió, vemos paisajes maravillosos, escuchamos sonidos maravillosos, nos encontramos con gente maravillosa... y nos alegramos cuando llega el momento de volver a casa".

Henri Nouwen
"Pan para el viaje"

miércoles, 26 de marzo de 2014

UNA ORACIÓN A CRISTO

"Querido Señor, ayúdame a mantener mis ojos en ti. 
Tú eres la encarnación del Amor divino, Tú eres la expresión de la compasión infinita de Dios, Tú eres la manifestación visible de la santidad del Padre. 
Tú eres belleza, bondad, gentileza, perdón y misericordia.
Se puede encontrar todo en Ti. Fuera de Ti nada se puede encontrar. 
¿Por qué debo buscar en otra parte, o ir a otro lugar?
Tú tienes las palabras de la vida eterna, Tú eres alimento y bebida, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. 
Tú eres la luz que brilla en la oscuridad, la lámpara del velador, la casa en la cima de la colina. 
Tú eres el icono perfecto de Dios. 
Puedo ver al Padre Celestial en y a través de Ti, y contigo puedo encontrar el camino hacia Él.
Oh Santo, Hermoso, Glorioso, sé mi Señor, mi Salvador, mi Redentor, mi Guía, mi Consolador, mi Reconfortador, mi Esperanza, mi Alegría y mi Paz.
Quiero darte todo lo que soy. Permíteme darte todo, todo lo que tengo, pienso, hago y siento. 
Es tuyo, oh Señor. 
Por favor, acéptalo y hazlo completamente tuyo. 
Amén".

Henri Nouwen

viernes, 21 de marzo de 2014

NOTAS PARA UN RETIRO, con Henri NOUWEN 2

LA VIDA DISCIPLINADA.

1- Leer 1 Corintios 9, 24-27. Cuando Pablo vio unos juegos se preguntó cuándo tendríamos nosotros tanta dedicación y tanta disciplina para ganar la gloria eterna como los atletas ponen para ganarse un premio o una medalla. Preguntémonos: ¿Tenemos una meta clara en la vida? ¿Tal vez la tuvimos en algún momento y la perdimos? Los atletas que desean alcanzar una medalla se apresuran a poner todo lo demás en segundo lugar. Esto es también verdadero en la vida espiritual. Sin una meta clara estaremos distraídos y gastaremos nuestras energías en cosas secundarias. Decía Martin Luther King a su pueblo: “Mantengan la mirada fija en el premio”. ¿Cuál es nuestro premio? La vida de Dios, con Cristo, vida plena, colmada de amor. (Jn 3, 16). Mantener la mirada en el premio, en medio de una vida repleta de distracciones, necesita mucha disciplina. Necesita de la oración, en la que ponemos una y otra vez a Dios en el centro de nuestra vida. La oración mantiene nuestra meta clara, y cuando esta parece disiparse, la oración vuelve a clarificarla.

2- La vida eterna es a menudo, para muchos cristianos, algo futuro, alcanzable sólo después de la muerte. Y por eso, algo tan distante la mayor parte del tiempo que no merece una seria atención. Pero la vida eterna es la vida en Dios y con Dios, y Dios está donde yo estoy, aquí y ahora. No es algo que tengamos que esperar. Jesús dice: “Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes”. Esta inhabitación divina es la vida eterna. Lo que nos da la vida eterna es la presencia activa de Dios en el centro de nuestra vida, el movimiento del Espíritu de Dios en nuestro interior. Entonces la muerte ya no es línea divisoria, no hay antes ni después, todo está bien y seguirá estándolo. Dice Jesús: “No tengan miedo, yo he vencido al mundo”. Cuando nuestro corazón entiende esta verdad divina, estamos viviendo una vida espiritual.

3- Una disciplina importante en la vida espiritual es la lectura espiritual, porque a través de ella podemos tener cierto control sobre lo que entra en nuestra mente. Constantemente somos bombardeados de mensajes y dejar que sea Dios y no el mundo el Señor de nuestros pensamientos requiere de una verdadera disciplina. Un buen libro nos ayudará mucho en este sentido: espiritualidad, vida de santos, testimonios de fe, vida comunitaria, etc. Aunque sólo sean 15 minutos diarios pronto veremos los frutos. Claro que la lectura espiritual no consiste sólo en leer sobre personas o cosas espirituales: hay que leer espiritualmente, es decir de una manera espiritual. Leer de manera espiritual es hacerlo deseando que Dios se acerque a nosotros. No intentamos dominar un saber o información, sino dejar que el Espíritu de Dios nos domine a nosotros. Podemos decir, LA LECTURA ESPIRITUAL CONSISTE EN DEJAR QUE DIOS NOS LEA A NOSOTROS. De este modo, aun leyendo el periódico, podemos hacer lectura espiritual, al hacernos conscientes de un mundo cada vez más necesitado de salvación. No sólo QUÉ leemos, sino también CÓMO lo leemos. 

4- La lectura espiritual consiste en leer con una atención interior las mociones del Espíritu de Dios en nuestra vida exterior e interior. De este modo dicha lectura nos ayuda a dar sentido a nuestra vida. No sólo queremos vivir, sino saber por qué vivimos (Una vida no reflexionada no merece ser vivida). Si uno no reflexiona sobre su vida, esta acaba perdiendo el sentido. Mediante la lectura espiritual seguimos una disciplina que nos mantiene siempre alertas en la reflexión sobre la vida que llevamos Ante cada situación, encuentro, acontecimiento, preguntarnos: ¿Por qué sucede esto? ¿Qué me dice Dios aquí? Esto es lo que pone sal a la vida. Si tenemos en una mano la Biblia y nuestros libros espirituales (nuestros fundadores, nuestra regla) y en la otra el periódico, siempre estaremos descubriendo preguntas nuevas, pero descubriremos al mismo tiempo una manera de vivirlas como creyentes, con la confianza de que gradualmente se nos irán revelando las respuestas. 

5- Ya hemos mencionado de pasada la disciplina oracional; abundemos más sobre el tema. Sea cual sea el método que usemos para poner nuestra mente y nuestro corazón en el Reino, lo que importa es la medida en que nos acerca a nuestro Señor. La atenta repetición de una oración es un método que se ha demostrado provechoso. Otro es la contemplación del evangelio de cada día. Hacer esto durante un largo período hace que la vida de Jesús se haga cada vez más viva en nosotros. Mediante la oración nuestro mundo interior se transforma, se enriquece, se vuelve más acogedor. Cada lectura, cada descubrimiento espiritual, va dibujando nuestros muros interiores hasta formar un hermoso mural.

6- La vida espiritual, dijimos antes, no puede vivirse solo. La semilla del Espíritu necesita un terreno fértil donde crecer, y ello supone no solo una buena disposición interior, sino también un ambiente que ayude. Es difícil crecer espiritualmente en un ambiente donde nadie ora, donde no hay aprecio por la oración, donde no se conoce al Dios Amor. Tomarse en serio la vida espiritual es hacerse cargo del ambiente en que esta vida pueda crecer y madurar. Elegir los amigos, los lugares, los momentos, la música, los libros, la gente, que mejor me ayude en esta dirección.


7- Es muy importante estar al tanto de esos leves movimientos del Espíritu de Dios en nuestro interior. Dios no grita, no da voces, no zarandea. El Espíritu de Dios es manso y suave, como una brisa leve. Es Espíritu de Amor, Espíritu de Libertad. No hay que temer nunca la acción del Espíritu Santo en nosotros. Dice Jesús: “Pongan ante todo su corazón en el Reino de Dios, y lo demás vendrá por añadidura”. El Reino de Dios es ante todo la presencia activa del espíritu de Dios dentro de nosotros, ofreciéndonos la libertad que de verdad deseamos. ¿Cómo poner ante todo nuestro corazón en el reino de Dios cuando nuestro corazón está preocupado con tantas cosas? En esto consiste en definitiva la CONVERSIÓN. A menudo en los evangelios Jesús no responde a las preguntas que le hace la gente o sus propios seguidores, o responde algo inesperado que no viene a cuento. Es que Jesús responde desde arriba a cuestiones planteadas desde abajo. Para escuchar y entender lo que nos dice Jesús necesitamos volver a nacer, renacer de lo alto. (Jn 3,3) La vida espiritual es la vida de los que han renacido de lo alto, de los que han recibido el Espíritu, de los que han despertado del letargo del mundo.

martes, 18 de marzo de 2014

NOTAS PARA UN RETIRO, con Henri NOUWEN

LA VIDA ESPIRITUAL
1-  A veces sentimos una inquietud interior, un agobio, por alcanzar algo, por terminar, por conseguir, aun a sabiendas de que nunca me sentiré totalmente satisfecho.  Al mismo tiempo no queremos detenernos, tenemos miedo a que de pronto todo quede vacío y en silencio, porque tendremos que mirar de frente nuestra propia realidad, lo que somos o creemos ser. ¿Creemos realmente en Dios y en su amor?  ¿Confiamos en Él?  ?Le conocemos de verdad?  ¿Qué imagen guardamos de ese Dios en quien decimos creer?   Pero en medio de todo el ruido que llena nuestra vida permanece un voz suave, como un susurro, que se empeña en decir: “Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, que yo les aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Porque mi yugo es llevadero, y mi carga ligera” (MT 11, 28-30). Esa voz habla desde lo más hondo de nuestro corazón.

2- Poder escuchar esa voz, crear las condiciones para ello,  creer en lo me dice y vivir de acuerdo con eso es la vida espiritual. Esa voz me dice: DIOS ES AMOR< DIOS TE AMA>. Esa simple afirmación tiene enormes consecuencias desde que vivimos a partir de ella: Si Dios, que me ha creado, es amor y solo amor, yo soy amado antes de que ningún ser humano me amara. Este primer amor es la razón y el fundamento de mi vida. Pero: Nosotros andamos por la vida indagando acerca del amor, preguntando siempre a todos y a todo: Me quieres? Y ese amor que encontramos nunca colma, siempre nos deja insatisfechos.  El gran reto espiritual consiste en descubrir a lo largo de nuestra vida que el amor limitado, condicional y temporal que recibimos de nuestros seres queridos es reflejo del amor ilimitado, incondicional y eterno de Dios.

3- Siempre estamos tentados por el fatalismo, el desaliento, la desesperanza. El fatalismo es la actitud que nos hace vivir como víctimas pasivas de las circunstancias exteriores que escapan a nuestro control.  Lo opuesto al fatalismo es la fe. La fe consiste en la confianza profunda en que el amor de Dios es más fuerte que todos los poderes anónimos del mundo y puede transformarnos de víctimas de las tinieblas en siervos de la luz. (MT 17, 19-20). Pensemos en los diferentes modos fatalistas que tenemos de pensar, hablar o actuar, e irlos transformando poco a poco en actos de fe. Este movimiento del fatalismo a la fe es una parte importante de nuestra vida espiritual, porque ayuda a disipar las tinieblas de nuestro corazón y nos transforma en personas cuya confianza en el amor de Dios puede realmente  “mover montañas”.

4- Una vida espiritual es una vida agradecida. La verdadera gratitud espiritual abarca todo nuestro pasado, tanto los buenos como los malos acontecimientos, los momentos alegres y los tristes. Aun lo malo que sucede, ocurre estando nosotros en la presencia amorosa de Dios. El propio sufrimiento de Jesús fue causado por los poderes de las tinieblas, y sin embargo él habla de su pasión y su muerte como de su camino de gloria. A veces resulta difícil conservar toda nuestra vida bajo la luz del agradecimiento: cosas que rechazamos, por las que nos sentimos avergonzados o culpables, cosas que no debieron ocurrir, que nos lastiman. Pero siempre que aprendemos a mirarlo COMO DIOS LO VE, todo se vuelve bendición porque nos lleva a un conocimiento más profundo de la misericordia de Dios, a la convicción de la guía providente de Dios. “Todo es bien para los que aman a Dios”-dirá San Pablo. Ser agradecidos nos hace más libres y capaces para ser enviados al mundo y anunciar la BUENA NUEVA. Todas nuestras faltas y dolores pueden transformarse en agradecimiento y hacernos a nosotros capaces de convertirnos en mensajeros de esperanza.

5- Una vida espiritual transcurre bajo el signo de la sencillez y la confianza.  Y en ella ocupa el pobre un lugar muy, especial. Dice Jesús: “Bienaventurados los pobres”, y no Bienaventurados los que ayudan a los pobres. Aquí está una clave importante del reino y de la vida espiritual. Ayudar, servir, ofrecer consuelo, todo esto es bueno. PERO: es mucho más importante reconocer que los pobres son portadores de una bendición de Dios para mí. ¿Cuál? Ellos me permiten vislumbrar el rostro de Dios. El cielo consiste en ver a Dios, podemos ver a Dios en el rostro de Jesús, y vemos a Jesús en los pobres. Los pobres nos muestran a Jesús y nos dan vida –dijo una vez Jean Vanier. En esto radica el misterio del servicio cristiano: los que sirven a Jesús en el pobre serán alimentados por el mismo a quien sirven. (LC 12,37). Necesitamos tanto que nos bendigan y el pobre está esperando bendecirnos. Los pobres son portadores de Gracia.

6- La soledad y el silencio son importantes en la vida espiritual, pero Jesús envió a sus discípulos “de dos en dos”, porque no quiere que hagamos este viaje solos. “Miren que los envío como ovejas en medio de lobos; sean sencillos como palomas y astutos como serpientes”. La comunidad es importantísima para la vida espiritual, ella nos envía y nos protege, nos alimenta y nos sostiene.  Dijo Jesús: “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.  Juntos podemos revelar algo de Dios que ninguno de nosotros puede revelar por sí solo.

RESUMEN: Una vida espiritual es una vida celebrada, agradecida, compartida, aceptada.  Una vida en la que puedo escuchar la voz de Dios, revelándome su amor en los pobres y en toda su creación.  

Dijo Henri Nouwen: 

“La grandeza espiritual no tiene nada que ver con ser mayor que los demás. Tiene mucho que ver con llegar al nivel al que cada uno de nosotros  tiene que llegar. La verdadera santidad es precisamente beber tu propia copa y confiar en que así, asimilándote plenamente a tu propio caminar por la tierra, que es irremplazable, puedes llegar a ser una fuente de esperanza para muchos”. 

(Continúa...)

domingo, 16 de marzo de 2014

SUEÑO CON THOMAS MERTON

“Una noche, Nouwen tuvo un sueño acerca de Thomas Merton que le pareció significativo. Nouwen y un grupo de religiosas, sin hábito, estaban esperando una conferencia de Merton, y entonces, de repente, este apareció, “calvo y con un hábito completamente blanco”. Se marchó para buscar sus notas, y todas las religiosas se desvanecieron y después retornaron con inmaculados ropajes blancos a fin de escuchar al maestro. En el sueño, Nouwen salió de la sala para buscar a Merton, al que encontró con unos pantalones marrones y una camiseta amarilla. Estaba ocupado arreglando algo. Nouwen, haciendo preguntas sobre tornillos y destornilladores, trató de ayudarle, pero Merton no le respondió. Entonces empezó a lijar un viejo banco amarillo y a repintarlo. Nouwen le preguntó dónde podía conseguir papel de lija y pintura; pero de nuevo no le respondió, aunque sí le invitó con un gesto a ayudarle. Las religiosas estaban esperando la conferencia en el fondo de la sala, pero no tenía sentido decírselo. Justamente cuando Nouwen empezó a pintar, se despertó. Su interpretación del sueño fue que la vida espiritual no consiste en pensamientos, ideas o sentimientos especiales, sino que subyace a las experiencias más sencillas de la vida cotidiana”.[1]

[1] M. FORD, Henri Nouwen. El profeta herido, Santander, Sal Terrae, 1999, 177.

Henri Nouwen: CERCANO Y SOLIDARIO CON AMÉRICA LATINA

En el año 1981 Henri Nouwen renunció a su puesto en la Universidad de Yale, causando asombro entre los que le conocían; sus años en Yale le hicieron sentirse satisfecho y le abrieron a contactos espirituales importantes, a pesar de que no le faltaron críticos entre quienes juzgaban su labor poco académica. No sintiéndose ya a gusto en ese lugar decidió dar un paso arriesgado yéndose a Perú, para compartir con los pobres de América Latina.

Henri se preguntaba si era allí donde le quería Dios; fue una década convulsa y compleja en la situación del continente que llevó a muchos teólogos católicos a cuestionarse su visión de Iglesia y a elegir lo que se llamó la “opción preferencial por los pobres”. Henri estuvo durante seis meses en Bolivia y Perú, y también pasó algunas semanas en Nicaragua. Finalmente regresó a Estados Unidos en marzo de 1982, convencido que no era en América Latina donde Dios quería que hiciese su hogar; se había sentido infrautilizado y minusvalorado, y tuvo que luchar contra la depresión. No obstante desde Estados Unidos Nouwen mantuvo su red de amigos de Latinoamérica, y ayudó a que la situación violenta del continente se conociera en Estados Unidos. Estuvo en Guatemala en 1984, y pudo ver de cerca la brutalidad de la dictadura de ese país. Sin embargo fue creciendo en la convicción de que la violencia no podía ser la respuesta a los problemas de Latinoamérica, y asumió cada vez más el ideal de paz de Jesús.

jueves, 13 de marzo de 2014

EL VALOR DE LA SOLEDAD... 2

"En la soledad podemos escuchar la voz del que nos habló antes de que nosotros pudiéramos articular palabra alguna, que nos sanó antes de que pudiéramos hacer algún gesto de ayuda, que nos liberó antes de que pudiéramos liberar a otros, y que nos amó mucho antes de que pudiéramos dar amor a nadie. Es en esta soledad donde descubrimos que ser es más importante que tener y que valemos más que el conjunto de nuestros esfuerzos. En la soledad descubrimos que nuestra vida no es una posesión que defender, sino un don para compartir. Allí reconocemos que las palabras sanantes que pronunciamos no son solo nuestras sino que nos han sido dadas; que el amor que podemos expresar es parte de un amor más grande; y que la nueva vida que brota en nosotros no es una propiedad a la que apegarnos sino un don que recibir.
 En la soledad llegamos a ser conscientes de que nuestro valor no coincide con nuestra utilidad".

Henri Nouwen
"Encontrar en Él la vida", 60-61
Editorial Guadalupe

lunes, 10 de marzo de 2014

DIOS DE ABUNDANCIA

"Dios es un Dios de abundancia, no un Dios de carencia. Jesús nos revela la abundancia de Dios cuando ofrece tanto pan a las multitudes que quedan doce canastas grandes llenas con los pedazos sobrantes, y cuando hace que sus discípulos pesquen tantos peces que su barca casi se hunde. Dios no nos da lo suficiente. Dios nos da más de lo suficiente, más pan más pescados de los que podemos comer, más amor del que nos atreveríamos a pedir.
 Dios es un dador generoso, pero solamente podemos ver y disfrutar la generosidad de Dios cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón, mente y fuerzas. Cuando decimos: te amaré Dios, pero primero muéstrame tu generosidad", quedamos distantes de Dios y somos incapaces de experimental todo lo que Dios verdaderamente quiere darnos, que es vida y vida en abundancia".

Henri Nouwen
"Pan para el viaje".

sábado, 8 de marzo de 2014

EL VALOR DE LA SOLEDAD..1

"Vivir una vida cristiana significa vivir en el mundo sin ser del mundo. Solo en la soledad puede crecer esta libertad. Jesús salió a un lugar solitario para orar, o sea, para crecer en la conciencia de que todo el poder que tenía le fue dado; que todas las palabras que decía venían de su Padre; que todas las obras que hacía no eran realmente suyas sino las del que lo había enviado. En el lugar solitario Jesús recibió la libertad de poder fracasar.
Una vida sin un lugar solitario, esto es, una vida sin un centro calmo, fácilmente se vuelve destructiva. Cuando adherimos a los resultados de nuestras acciones como a nuestro único modo de autoidentificación, entonces nos volvemos posesivos y defensivos y propendemos a mirar a nuestros semejantes más como enemigos a los que mantener distantes que como amigos con quienes compartir los dones de la vida.
 En la soledad podemos desenmascarar lentamente la ilusión de nuestra posesividad y descubrir en el centro de nuestro ser que no somos lo que podemos conquistar sino lo que nos ha sido dado".

Henri Nouwen
"Encontrar en Él la vida"
Editorial Guadalupe

LIBRES PARA NO JUZGAR

"Imagínate que no tuvieras ninguna necesidad de juzgar a nadie. Imagínate que no desearas determinar si uno es buena o mala persona. Imagínate que fueras completamente libre de la tendencia a hacerte una composición mental sobre la moralidad de la conducta de las otras personas. Imagínate que pudieras decir: ¡No juzgo a nadie!
Imagínate...¿No sería esto la verdadera libertad interior?. Los Padres del desierto del siglo IV decían: "Juzgar a los otros es una carga pesada".

Henri Nouwen

martes, 4 de marzo de 2014

CUARESMA ES PREPARAR EL CAMINO AL HOGAR

"Volver a casa es un viaje de toda la vida. Siempre habrá partes nuestras que se apartan por el camino en la disipación o se quedan atascadas en el resentimiento. Antes de que nos demos cuenta, estamos perdidos en las fantasías del deseo carnal o en iracundas recriminaciones. Los sueños que tenemos mientras estamos dormidos o despiertos a menudo nos recuerdan que hemos perdido el camino.
 Las disciplinas espirituales, como rezar, ayunar u ocuparnos de otros son formas de ayudarnos a volver a casa. Mientras caminamos hacia nuestro hogar muchas veces nos damos cuenta de cuan largo es el camino. Pero no nos descorazonemos. Jesús camina con nosotros en el camino. Si escuchamos cuidadosamente nos daremos cuenta de que ya estamos en casa, mientras andamos de camino".

Henri Nouwen

¿QUÉ HACER CON NUESTRAS HERIDAS?

"Nadie se libra de ser herido. Todos somos personas heridas, sea en nuestros cuerpos, en nuestras emociones, en nuestras mentes o espiritualmente. La principal pregunta no es ¿Qué podemos hacer para esconder nuestras heridas", para que estas no sigan siendo embarazosas, sino ¿Cómo podemos poner al servicio de los otros las heridas que hemos recibido? Cuando nuestras heridas dejan de ser fuente de vergüenza y se conviertan en una fuente de sanación, nos habremos convertido en sanadores heridos.
Jesús es el sanador herido de Dios. Por medio de sus heridas nosotros somos curados. Los sufrimientos y la muerte de Jesús trajeron gozo y vida. Su humillación trajo gloria, su rechazo trajo una comunidad de amor. Como seguidores de Jesús, nosotros también podemos dejar que nuestras heridas traigan sanación a otros".

Henri Nouwen

sábado, 1 de marzo de 2014

BRINDAR CONSUELO

"La palabra consuelo es hermosa. Significa ser con el que está solo (solus). Brindar consuelo es una de las maneras más importantes de cuidar del otro. La vida está tan llena de dolor, tristeza y soledad que con frecuencia nos preguntamos qué podríamos hacer para aliviar los inmensos sufrimientos que vemos. Podemos y debemos ofrecer consuelo. Podemos y debemos consolar a la madre que perdió a su hijo, al joven que contrajo sida,  a la familia que perdió su casa, al soldado herido, al adolescente que está pensando en suicidarse, al anciano que se pregunta por qué tiene que seguir viviendo.
 Consolar no significa quitar el dolor, sino estar junto al que lo sufre y decirle: No estás solo. Yo estoy contigo. Juntos podemos llevar nuestra carga. No tengas miedo. Yo estoy aquí. Eso es consuelo. Todos necesitamos tanto darlo como recibirlo".

Henri Nouwen

ESCRIBIR PARA SALVAR EL DÍA

"Escribir puede ser una verdadera disciplina espiritual. Escribir puede ayudarnos a concentrarnos, a entrar en contacto con los movimientos más hondos de nuestros corazones, a clarificar nuestras mentes, a procesar las emociones que nos confunden, a reflexionar sobre nuestras experiencias, a dar una expresión artística a lo que estamos viviendo o a almacenar en nuestra memoria los acontecimientos más significativos. Escribir también puede servirle a otros, que quizá lean lo que nosotros escribimos.
 Muchas veces un día doloroso, frustrante, puede redimirse escribiendo sobre él. Escribiendo podemos reclamar como nuestro lo que hayamos vivido y de ese modo integrarlo de manera más plena en nuestro viaje. Entonces, escribir puede llegar a ser un modo de salvar nuestras vidas y a veces también la de otros".

Henri Nouwen