lunes, 26 de noviembre de 2018

ESPERAR COMO DISCÍPULOS 2 (Adviento).

 Es una espera abierta.

Es confiar que algo se realizará, pero se realizará de acuerdo con las promesas y no con nuestros deseos. Por tanto la esperanza tiene siempre un final abierto, y de ahí que sea muy importante hacer a un lado mis deseos y volverme a la esperanza. Es así como lo realmente nuevo puede sucederme. Esta espera abierta es una actitud inmensamente radical hacia la vida, confiando en alguien que sobrepasa mi imaginación; es dejar de tratar de controlar mi futuro, permitiendo que Dios defina nuestra vida. Seremos entonces, modelados, no por nuestros miedos, sino por su amor. 

 Esperando juntos.

No esperamos solos, porque somos parte de una comunidad de fe, que ha de ser comunidad de apoyo, celebración y afirmación, donde podemos elevar lo que ya ha comenzado en nosotros. Reunidos en oración alrededor de una promesa, eso es la Iglesia, eso es la eucaristía: elevar lo que ya está ahí, dar gracias por la semilla que ha sido plantada. Decimos: esperamos a Jesús, que ya ha venido, y vendrá siempre… Eso es la comunidad: el espacio seguro donde podemos esperar el cumplimiento de la promesa; donde hallaremos las condiciones para que fructifique la semilla; donde la llama se mantendrá encendida, sin el peligro de apagarse. 

Esperando en torno a la Palabra.

Esperamos activos, pacientes, expectantes, abiertos y juntos, sabiendo que Alguien nos habla, nos interpela, nos convoca. Así es que estamos espiritualmente en nuestra casa, alertas, para abrirle la puerta cuando Él toque, y que entre y se haga carne en nosotros. Por eso la Palabra de Dios está siempre en medio de los que se reúnen en su nombre: para hacerse carne, para nacer y tener una vida nueva en nosotros. 

(Ideas recreadas de Henri Nouwen)

miércoles, 21 de noviembre de 2018

ESPERAR COMO DISCÍPULOS (Adviento)

UNA ESPERA ACTIVA: Esperar resulta esencial para la vida espiritual. Pero esperar como discípulo de Jesús no es una espera vacía, sino una espera con una promesa en nuestro corazón que hace ya presente lo que esperamos. Durante el Adviento esperamos el nacimiento de Jesús. Después de Pascua esperamos la venida del Espíritu y después de la Ascensión de Jesús esperamos su nueva venida gloriosa. Siempre estamos esperando, pero es una espera vivida en el convencimiento de que ya hemos visto las huellas de Dios. Esperar a Dios es una espera activa, alerta, ¡sí, gozosa! Mientras esperamos recordamos a aquel que creó una comunidad preparada para darle la bienvenida cuando Él venga.

ESPERAR CON PACIENCIA¿Cómo esperamos a Dios? Esperamos con paciencia. Pero paciencia no significa pasividad. Esperar pacientemente no es como esperar el autobús, o que deje de llover, o que salga el sol. Se trata e una espera activa en la que vivimos el momento presente al máximo para encontrar en él las señales de Aquel que estamos esperando.
La palabra paciencia viene del verbo latino patior, que significa padecer. Esperar pacientemente significa padecer por el momento presente, saboreandolo plenamente, dejando que crezcan las semillas que están plantadas en el suelo que pisamos hasta convertirse en plantas resistentes Esperar pacientemente siempre significa prestar atención a lo que está ocurriendo ante nuestros propios ojos y ver en ellos los primeros rayos de la gloria venida de Dios.

ESPERAR EXPECTANTESEsperar pacientemente a Dios supone una gozosa expectativa. Sin una expectativa, nuestra espera puede quedar atrapada en el presente. Cuando esperamos expectantes nuestro entero ser permanece expuesto a verse sorprendido por la alegría. A lo largo de los Evangelios Jesús nos pide que nos mantengamos despiertos y estemos alerta. Y San Pablo dice: “Ya es hora de levantarnos del sueño, pues nuestra salud está ahora más cerca que cuando empezamos a creer La noche está avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz” (romanos 13, 11 y 12). Es esta expectativa gozosa de la venida de Dios la que ofrece vitalidad a nuestras vidas. La expectativa del cumplimiento de las promesas que Dios nos hizo a nosotros nos permite prestar plena atención al camino que estamos recorriendo.

Henri Nouwen
"Pan para el viaje"
Obelisco, 2001

lunes, 19 de noviembre de 2018

AHONDAR EN EL DOLOR HASTA QUE SEA COMPARTIDO

"Un ministro no es un médico cuya primera misión es quitar el dolor. Más bien, profundiza en él hasta un nivel en el que pueda ser compartido. Cuando alguien llega al ministro con su soledad, puede esperar solamente que su soledad va a ser comprendida y sentida, de tal manera que ya no tiene por qué correr para liberarse de ella, sino que puede aceptarla como una expresión de su condición humana básica".

Henri Nouwen
(El sanador herido)

AMOR

"El amor no es sólo algo 
que tiene una gran duración. A veces no necesita más que un segundo 
para hacerse realidad".

Henri Nouwen
(El sanador herido)

viernes, 16 de noviembre de 2018

EL CAMINO DE LA GRATITUD


"Debemos celebrar nuestra condición de elegidos constantemente. Eso significa decir gracias a Dios incansablemente por habernos elegido, y gracias por recordarnos su elección. La gratitud es el camino más fructífero para profundizar en tu convicción de que no has sido un accidente, sino una elección divina. Es importante que nos demos cuenta de con cuánta frecuencia hemos tenido posibilidades de ser agradecidos y no las hemos aprovechado. Cuando alguien es amable con nosotros, cuando algo nos sale bien, cuando se nos resuelve un problema, cuando se restablece una amistad, se cura una herida, hay razones muy concretas para dar las gracias, ya sea con palabras, con flores, con una carta, con una llamada telefónica, con un gesto de cariño. Pero estas mismas situaciones también nos ofrecen ocasiones para ser críticos, escépticos, hasta cínicos. Porque cuando alguien es bueno con nosotros, podemos poner en tela de juicio sus motivos; cuando algo se vuelve a nuestro favor, podría haber sido siempre mejor; cuando se resuelve un problema, surge a menudo otro en su lugar; cuando se restablece una amistad, siempre flota en el aire la pregunta: «¿Por cuánto tiempo?»; cuando se cura una herida, siempre queda algún rastro de dolor... Donde hay motivos para ser agradecido, siempre los hay también para la amargura. Aquí nos enfrentamos con la libertad de tomar una decisión. Podemos decidir ser agradecidos o amargados, reconocer nuestra condición de elegidos, o enfocar nuestra mirada hacía nuestro lado sombrío".

Henri Nouwen
"Tú eres mi amado"
PPC


viernes, 9 de noviembre de 2018

BIENAVENTURADOS LOS POBRES...

"En El Arca de Daybreak, al principio me sentí entusiasmado en un entorno aceptable para gente con discapacidades por no tener completamente las riendas de su vida. Pero no mucho después sentí cómo se desmoronaba mi propia vida, y fui el único que, de repente, y por completo, era incapaz de funcionar. Algunos de los más débiles de la comunidad fueron amontonando sobre mí oraciones salidas de lo más profundo del corazón, acompañadas de gesto de amor; algunas veces poniendo su mano sobre mi hombro, me decían: No te preocupes, Henri, vas a estar bien. Con las efusiones de esta genuina ternura en mis horas más débiles empecé a adentrarme en las palabras de Jesús: Bienaventurados los pobres.

 Como práctica espiritual, considera la posibilidad de promover una auténtica relación con alguien que esté visiblemente marginado. Mira más allá de un comportamiento estrafalario, de un humor desconocido o de un cuerpo descompuesto, y ofrece una amistad mutua. Da un paso más allá del temor, más allá de una profesionalización de hacer el bien, más allá del afán de controlar la relación, y descubre, por encima de la discapacidad, a un precioso hermano o hermana. De tu improbable amigo quizá te sorprenda aprender que tú también eres verdaderamente digno de amar y de ser bendecido tal como eres".

 Henri Nouwen
Esta noche en casa, 123/124.
PPC

viernes, 2 de noviembre de 2018

LA MUERTE, UN NUEVO NACIMIENTO

"Llega un momento, en las vidas de todos nosotros, cuando debemos prepararnos para la muerte. Cuando nos hacemos viejos, cuando nos enfermamos de gravedad o corremos un serio peligro, no podemos preocuparnos simplemente con la pregunta de cómo mejorar, a menos que mejorar signifique pasar a una vida después de la muerte. En nuestra cultura, que de tantas maneras está orientada hacia la muerte, encontramos poco apoyo, si acaso alguno, que nos prepare para una buena muerte. La mayoría supone que nuestro único deseo es vivir más tiempo en esta tierra. Sin embargo, morir, como dar a luz, es un camino hacia una nueva vida, tal y como lo dice el Eclesiastés 3,1/2: Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: su tiempo de nacer y su tiempo de morir. Debemos prepararnos para nuestra muerte con el mismo cuidado y atención con que nuestros padres se prepararon para nuestro nacimiento".

Henri Nouwen
Pan para el viaje