viernes, 28 de noviembre de 2014

¿CÓMO ESPERAMOS A DIOS?

“Esperamos con paciencia, pero paciencia no significa pasividad. Esperar pacientemente no es como esperar el autobús, o que deje de llover, o que salga el sol. Se trata de una espera activa en la que vivimos el momento presente al máximo para encontrar en él las señales de Aquel que estamos esperando.

La palabra paciencia viene del verbo latino 'patior' que significa padecer. Esperar pacientemente significa padecer por el momento presente, saboreandolo plenamente, dejando que crezcan las semillas que están plantadas en el suelo que pisamos hasta convertirse en plantas resistentes. Esperar pacientemente siempre significa prestar atención a lo que está ocurriendo ante nuestros propios ojos y ver en ellos los primeros rayos de la gloria venida de Dios.”

HENRI NOUWEN



domingo, 23 de noviembre de 2014

UNA ESPERA ACTIVA

"Esperar resulta esencial para la vida espiritual. Pero esperar como discípulo de Jesús no es una espera vacía, sino una espera con una promesa en nuestros corazones que hace ya presente lo que esperamos. Durante el Adviento esperamos el nacimiento de Jesús. Después de Pascua esperamos la venida del Espíritu y después de la Ascensión de Jesús esperamos su nueva venida gloriosa. Siempre estamos esperando, pero es una espera vivida en el convencimiento de que ya hemos visto las huellas de Dios. Esperar a Dios es una espera activa, alerta, ¡sí, gozosa!. Mientras esperamos, recordamos a aquel que creó una comunidad preparada para darle la bienvenida cuando Él venga."

HENRI NOUWEN

viernes, 21 de noviembre de 2014

Él ES EL REY

“Jesús es el niño vulnerable, el predicador humilde, el despreciado, el marginado, Cristo crucificado. Pero Jesús es asimismo <la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura…Él es antes que todo y todo subsiste en Él”> (Colosenses 1, 15-17).  Él es el rey,  escarnecido en la cruz, que reina desde su trono en la Jerusalén celestial.  Es el Señor que entra en la ciudad a lomos de un pollino, y el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin. El mundo lo maldice, pero Dios lo bendice.

Dirijamos siempre nuestra mirada a Jesús, porque en su corazón crucificado y glorificado nos vemos a nosotros mismos, llamados a compartir su sufrimiento, así como su gloria. “ 

HENRI NOUWEN

martes, 18 de noviembre de 2014

ABARCAR EL UNIVERSO

“Vivir una vida espiritual hace que nuestros pequeños y temerosos corazones sean tan grandes como el universo, porque el Espíritu de Jesús que mora en nuestro interior abarca todo lo creado. Jesús es el Verbo, y es a través de Él que fue creado el universo. Como dice San Pablo: < Porque en El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles,…todo fue creado con Él y para Él…todo tiene en Él su consistencia> (Colosenses 1,16-17).  Por tanto, cuando Jesús vive en nuestro interior, por medio de su Espíritu, nuestros espíritus abarcan no sólo a todas las personas, sino también a todo lo creado.  El amor ahuyenta todo temor y reúne todo lo que pertenece a Dios.
La oración, que es respirar con el Espíritu de Jesús, nos lleva a este inmenso conocimiento. “ 

  HENRY NOUWEN

miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA COMPASIÓN DE JESÚS

"Jesús es llamado Emmanuel, que quiere decir "Dios con nosotros". La gran paradoja de la vida de Jesús es que Él, cuyas palabras y obras  en modo alguno estaban influídas por las críticas o las alabanzas humanas, sino que dependían completamente de la voluntad de Dios, está más <con> nosotros que ningún otro ser humano. 
La compasión de Jesús, su profundo sentirse con nosotros, es posible porque su vida no está guiada por el respeto humano, sino únicamente por el amor de su Padre celestial. Efectivamente, Jesús es libre de amarnos porque no depende de nuestro amor"

HENRY NOUWEN

martes, 11 de noviembre de 2014

ENTRE EL ANHELO Y LA DEBILIDAD HUMANA

"Siempre me fascinó en Henri Nouwen su sincera búsqueda de Dios. Cuando escribe sobre el amor misericordioso de Dios, cuando escribe sobre hacerse uno en el corazón con el corazón de Dios, vislumbro entonces la experiencia que tuvo Nouwen. Pero él siempre habla de esa experiencia como un hombre herido y necesitado, como un hombre que se empeña en dejarse embeber en el espíritu de Cristo, pero que también conoce sinceramente todos los obstáculos para dejarse transformar por Jesús. Para mí, esa tensión entre el anhelo y la debilidad humana es característica de Nouwen. Y justamente eso lo hace simpático para mí y para muchos otros lectores. Hoy sigo leyendo con gusto sus libros. Aún cuando ya los he leído todos, me hace bien volver a profundizar en ellos y sentir el amor que me llega de sus palabras, un amor que no compara ni condena, sino que es comprensivo y misericordioso." 

 ANSELM GRUN 
Henry Nouwen: Testigo de la Misericordia de Dios.
Vidas de Fuego 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿QUIENES SON LOS POBRES?

“Los pobres son el corazón de la Iglesia. Pero, ¿quiénes son los pobres? Al principio podemos pensar que no son gente como nosotros:  gente que vive en barrios bajos, va a comer a comedores de beneficencia, gente que duerme en la calle, los presos, los internados en los hospitales psiquiátricos o en hogares de ancianos. Pero los pobres pueden estar mucho más cerca de nosotros. Pueden estar en nuestras propias familias, iglesias o lugares de trabajo. Incluso más cerca: los pobres podemos ser nosotros mismos, que nos sentimos no amados, rechazados, ignorados o que experimentamos la pobreza, ya sea lejana, próxima o en nuestros propios corazones cuando necesitamos a la Iglesia, es decir, tomarnos de la mano como hermanos, confesar nuestra propia desolación y necesidad, perdonarnos mutuamente, sanar las heridas que nos hemos causado unos a otros y reunirnos en torno a la mesa de Jesús para partir el pan. 

Es así, pobres, como nosotros reconocemos a Jesús, que se hizo pobre por nosotros.”

Henry Nouwen



sábado, 1 de noviembre de 2014

LA COMPAÑÍA DE LOS QUE HAN MUERTO


 “Conforme envejecemos tenemos más y más personas a las que recordar, personas que han muerto antes que nosotros. Es muy importante recordar a quienes nos han querido y a aquellos a quienes hemos querido nosotros. Recordarles significa permitir que sus espíritus nos sigan acompañando en nuestra vida diaria. Pueden convertirse en partes de nuestra comunidad espiritual y ayudarnos amablemente cuando tomamos decisiones en nuestro viaje. Padres, maridos o mujeres, hijos o hijas, amigas o amigos pueden convertirse en verdaderos compañeros espirituales tras su muerte. En ocasiones pueden llegar a ser incluso más íntimos nuestros después de su muerte, que en vida. Recordar a los muertos es elegir su permanente compañía.”

                                                 Henry Nouwen