lunes, 12 de junio de 2017

NO OBLIGAR: OTRO MANDAMIENTO.

" Estoy convencido de que todo el que haya sido tocado profundamente por Jesús, descubrirá en sí mismo una llamada para compartir el amor de Jesús con los demás. No se trata de forzar a nadie a convertirse en cristiano o manipular a nadie para que se bautice, sino ser un signo viviente del amor que ha sido descubierto a través de Jesús y que necesita ser conocido. 
El deseo de proclamar a Jesús forma parte de la esencia de conocerlo y amarlo.  Esta proclamación puede realizarse de modos muy diferentes y de maneras muy diversas. No siempre tiene que ser con palabras....No todo el mundo es llamado a la misma tarea, y, una vez que conocemos a Jesús, vamos a ir descubriendo poco a poco cuál es nuestra forma particular de proclamar el evangelio. Pienso, sin embargo, que es un error creer que estamos llamados a salvar al mundo forzando a que otras personas acepten a Jesús o el bautismo. Eso sería apropiarse de un papel divino que no nos pertenece. Sólo Dios salva y el espíritu de Dios sopla donde quiere, incluso entre aquellos que no conocen a Jesús y nunca conocerán explícitamente nada sobre él. Creo que esto es un pensamiento bastante ortodoxo y no es en absoluto hereje o liberal."

HENRI NOUWEN.  Love, Henri. Letters on spiritual life.

(Traducción local. Este libro de unas 200 cartas de Nouwen sobre la vida espiritual todavía no ha sido publicado en español).
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domingo, 4 de junio de 2017

LA ESPERA.

“Si es verdad que Dios, en Cristo Jesús, espera nuestra respuesta al amor divino, entonces podemos descubrir toda una perspectiva nueva sobre cómo esperar en la vida. Podemos aprender a ser persona que no siempre intentan volver a la acción, sino que reconocen el cumplimiento de nuestra más honda humanidad
 en la pasión, en la espera. 
Si logramos hacerlo, estoy convencido de que entraremos en contacto con el poder y la gloria de Dios y de nuestra propia vida nueva. Nuestro servicio a los demás incluirá nuestra ayuda para hacerles ver cómo la gloria se abre paso, no sólo donde son activos, sino también donde son pasivos.
Y por esta razón la espiritualidad de la espera no es solamente esperar a Dios. Es  también participar en la espera de Dios por nosotros y de esta forma llegar a compartir el amor más profundo: el amor de Dios.”

HENRI NOUWEN