"Frecuentemente limitamos la Iglesia a la organización de las personas que se identifican claramente como miembros suyos. Pero la Iglesia, que está formada por todas las personas que pertenecen a Cristo, ese cuerpo de testigos que ponen de manifiesto a Cristo viviente, trasciende los límites de cualquier institución humana. Como el mismo Jesús dijo, el viento 'sopla donde quiere' (Juan 3,8). El Espíritu de Jesús puede conmover los corazones donde quiera; no conoce ninguna limitación humana.
Existe una comunión de los santos que da testimonio de Cristo resucitado, que llega hasta los confines del mundo y más allá incluso. Abarca a personas que vivieron hace mucho tiempo y en lugares muy distantes. Es esa comunidad inmensa de hombres y mujeres que de palabras y de obra han proclamado, y proclaman, el señorío de Jesús."
HENRI NOUWEN
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