"Querido Dios: Estoy repleto de anhelos, repleto de deseos, repleto de expectativas. Algunos de ellos puede que se realicen, y otros quizá no, pero en medio de todas mis satisfacciones y decepciones espero en ti. Sé que tú nunca me dejarás solo y cumplirás tus divinas promesas. Incluso cuando parece que las cosas no salen como yo quiero, sé que salen como quieres tú. Y que al final lo que tú quieres es lo mejor para mi. Señor, fortalece mi esperanza, especialmente cuando mis numerosos deseos no se cumplen. Que nunca me olvide de que tu nombre es Amor. Amén".
Henri Nouwen, Con las manos abiertas

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.