“Cuando nos reunimos en torno a la mesa y partimos juntos el
pan, no solo nos transformamos individualmente, sino también como comunidad.
Nosotros, personas de diferentes edades, razas, con bagajes y pasados
distintos, nos convertimos en un cuerpo. Como dice San Pablo: “Porque el pan es
uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan”
(1Corintios 10, 17).
No sólo como individuos, sino también como comunidad, nos
convertimos en Cristo viviente, apresado, bendecido, crucificado y dado al
mundo.
Como cuerpo único, llegamos a ser un testimonio viviente del inmenso
deseo de Dios de reunir a todos los pueblos y naciones como la única familia de
Dios.”
HENRI NOUWEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.