domingo, 5 de mayo de 2013

PROFETA


La propuesta espiritual de Nouwen fue recibida a lo largo de los años por personas de muy diversas tendencias teológicas o políticas, pero al mismo tiempo fue también cuestionado: desde la izquierda, acusándole de un espiritualismo ajeno a las preocupaciones de su tiempo, o, desde la derecha, por ser poco claro a la hora de desarrollar su espiritualidad, cruzando las fronteras de la ortodoxia. Henri evitaba los conflictos, no le gustaban, pero a menudo, como veremos, asumió prácticas litúrgicas o de otro tipo, al margen de la praxis habitual en las iglesias. No obstante, los aspectos proféticos de su liderazgo no procedían de una posición de frontera en la Iglesia, sino al contrario, de su profundo arraigo en la espiritualidad y tradiciones eclesiales.

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